Padres Trabajadores: La Doble Carga Invisible que Está Desgastando la Salud Mental

Padres Trabajadores: La Doble Carga Invisible que Está Desgastando la Salud Mental

Ser padre o madre trabajador en la actualidad es mucho más que cumplir con un horario en la oficina y llegar a casa a compartir con la familia. Es responder a exigencias laborales cada vez más altas, sostener la economía del hogar en un contexto de incertidumbre, acompañar el desarrollo emocional de los hijos, cumplir con las labores del hogar y, además, lidiar con la presión social de “equilibrar todo” y hacerlo bien. Este ideal de balance entre lo personal y lo laboral, que muchas veces se promueve como alcanzable, se convierte en una carga silenciosa que pocos logran sostener sin consecuencias. La realidad es que esa doble jornada —la del trabajo remunerado y la del cuidado familiar— está pasando factura a la salud mental de miles de padres y madres.

Los números lo confirman. Según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (DANE, 2024), el 67% de los padres trabajadores afirma sentirse agotado al final de la jornada y un 38% reporta síntomas frecuentes de ansiedad o estrés. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que en América Latina 4 de cada 10 padres y madres que laboran a tiempo completo consideran que sus responsabilidades familiares se ven seriamente afectadas por las demandas del empleo. La presión no se queda en el ámbito adulto: el Centro de Estudios sobre Desarrollo Infantil de la Universidad Nacional señala que los hogares donde los padres presentan estrés crónico muestran una prevalencia mayor de problemas emocionales en niños y adolescentes. Lo que empieza como un malestar personal, poco a poco se extiende y se convierte en un asunto que impacta a toda la dinámica familiar.

La carga emocional detrás de esta rutina es mucho más profunda de lo que se suele reconocer. Existe un síndrome del trabajador culpable: esa constante sensación de que se está fallando en el trabajo cuando se atiende a la familia, o de que se es un mal padre o madre cuando se prioriza lo laboral. A esto se suma la falta de tiempo propio: la mayoría de los padres reconoce que no tiene espacios para hobbies, descanso de calidad o actividades de autocuidado. El estrés financiero es otro ingrediente en esta ecuación, pues mantener la estabilidad económica en medio de contextos de inflación o inestabilidad laboral añade un nivel extra de ansiedad constante. Todo esto conforma un escenario en el que el desgaste emocional no es la excepción, sino la norma.

Las consecuencias trascienden el bienestar individual. Padres y madres agotados emocionalmente rinden menos en el trabajo, su paciencia se ve reducida, la calidad del tiempo con la familia disminuye y el hogar se convierte en un espacio de tensión. Con el tiempo, este desgaste puede convertirse en depresión, enfermedades psicosomáticas e incluso rupturas en las relaciones de pareja y vínculos familiares. Es una cadena silenciosa que comienza con el cansancio y el agobio, y termina afectando profundamente tanto a la persona como a quienes dependen de ella.

La solución a esta crisis no puede limitarse a consejos superficiales como “organizar mejor la agenda” o “ser más disciplinado con los horarios”. Lo que se necesita son cambios reales y estructurales. En el nivel institucional, las empresas deben promover políticas de conciliación entre trabajo y familia, flexibilizar horarios, implementar licencias parentales efectivas y crear programas de bienestar que reconozcan la complejidad de la vida de sus colaboradores. En el ámbito familiar, la clave está en la corresponsabilidad: distribuir tareas, mantener una comunicación abierta y apoyarse mutuamente para que el peso no recaiga siempre sobre la misma persona. Y en el plano personal, se trata de reconocer los límites, permitirse pedir ayuda y diseñar rutinas de autocuidado que no sean vistas como lujos, sino como necesidades vitales.

En este contexto, iniciativas como la mentoría ANORMAL, liderada por el coach Germán Moreno, representan una alternativa disruptiva y transformadora. Este programa ofrece herramientas concretas para romper con la culpa de “no dar abasto”, establecer rutinas realistas que prioricen el bienestar, incorporar estrategias de gestión emocional en medio del caos cotidiano y replantear la relación con el trabajo y la familia desde un lugar de calma y consciencia. Lo innovador de propuestas como esta es que no buscan añadir más exigencias a la vida de los padres trabajadores, sino acompañarlos a transformar su manera de relacionarse con las responsabilidades que ya tienen, de manera que el liderazgo en la empresa y en el hogar no se viva como un sacrificio, sino como una oportunidad de crecimiento.

Porque ser un buen padre o madre no debería equivaler a vivir en un estado constante de agotamiento. Con cambios reales en las instituciones, apoyo dentro de la familia y herramientas de acompañamiento especializadas, es posible criar, trabajar y cuidar de sí mismo sin perder la salud mental en el intento. El equilibrio es difícil, sí, pero no imposible si empezamos a hablar en serio de ello.


Para más información sobre programas de coaching ejecutivo y gestión del estrés, conoce la propuesta ANORMAL del Coach Germán Moreno y otras iniciativas de bienestar corporativo.Tags: padres trabajadores, salud mental familiar, doble carga laboral, equilibrio vida-trabajo, ANORMAL mentoría, Coach Germán Moreno, gestión emocional, bienestar laboral

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